Terapia compresiva

 

Terapia compresiva. ¿Qué es?

El objetivo de la terapia compresiva es reducir la presión venosa, también normalizar la función de la pared vascular y mejorar el metabolismo en los tejidos.

Además, la terapia compresiva reduce el diámetro de las venas de las piernas, el sistema de válvulas venosas vuelve a funcionar y la sangre no queda retenida en las venas, además se reduce o incluso se impide la aparición de estrías, arañas vasculares y varices.

De igual forma, la distribución de la presión (decreciente desde el empeine hasta el muslo) acelera el flujo de retorno de la sangre venosa hacia el corazón reduciéndose al mínimo el riesgo de coágulos sanguíneos y embolias.

De esta forma, la presión desde el exterior también reduce la salida de líquido de los tejidos evitando la formación de edemas.

Tipos de compresión

Por lo tanto, en la terapia compresiva, se emplean cuatro clases de compresión, que se aplican en función de la gravedad de la afección.

Clase I

Compresión ligera, con una presión leve en el tobillo. Adecuada para piernas pesadas y cansadas, ligera formación de varices y fase inicial de las mismas. Por lo tanto, recomendada para prevenir la aparición de varices, durante el embarazo y en trabajos realizados de pie o sentados.

Clase II

Compresión media, con una presión media en el tobillo. Se utiliza cuando hay varices marcadas, piernas que se inflaman con frecuencia, inflamación tras trombosis (obstrucción venosa), pequeñas úlceras cicatrizadas, inflamaciones importantes durante el embarazo, tras un tratamiento de esclerosis u operaciones y tras inflamaciones venosas superficiales.

Clase III

Compresión intensa a causa de una debilidad venosa crónica permanente, trombosis (obstrucción venosa), endurecimientos de la piel y curación de úlceras de la pierna.

Clase IV

Para cuadros clínicos más graves que los de la clase III y para linfedemas y lipoedemas. (Para los linfedemas se utilizan sobre todo las llamadas medias de tricotado plano con costura).

El médico, es el único que puede decidir qué tipo de compresión necesitamos.

La terapia compresiva, tiene especialmente una serie de contraindicaciones, entre ellas: insuficiencia arterial avanzada, trastornos graves de la función cardíaca, dermatopatías húmedas, trastornos graves de la función nerviosa de brazos y piernas.

Fuente: Mediespana.com

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Conclusiones

Se ratifica la efectividad de la terapia de compresión para la cicatrización de las úlceras de etiología venosa, sobre todo si se comparan resultados con tratamientos sin compresión.